Aica, 3 Ago
2016
“El suicidio de los ancianos: un desafío”, es el
nombre de un estudio preparado por la Comisión Justicia y Paz, de Suiza,
publicado en el sitio web de la Conferencia de los Obispos Suizos, con el
objetivo de contribuir con el debate en la sociedad sobre la autonomía, la
fragilidad, la muerte y la ayuda al suicidio.
La realidad que los obispos helvéticos tienen como
punto de partida para su manifestación es que, actualmente, más de cien mil
personas están inscritas en una organización que promueve y divulga el
"suicidio asistido". Además, existe el hecho de que, en Suiza, desde
2015, "se habla acerca de la posibilidad de que personas muy ancianas
puedan decidir libremente si quieren dar fin a su propia vida", con la
llamada "muerte voluntaria en la vejez".
No es más una situación de "sufrimiento
insoportable" que viene a justificar el suicidio, sino simplemente
"la vejez y la perspectiva de una vida difícil", evidencia el estudio
que investiga por qué esta idea tuvo éxito en la población helvética.
Promover su propia muerte, para amplios sectores de la
población suiza, perdió el carácter antinatural de afrenta a la naturaleza y a
la vida. El suicidio de ancianos, que por algunos es considerado como una
"solución individual", se convierte en "un grave problema
social", una vez que se inserta totalmente en la "cultura del descarte".
Reiterando la oposición de la Iglesia a la
"muerte planeada", el obispo de Basilea, monseñor Felix Gmür, dijo a
los periodistas durante la presentación del estudio en Berna: “Hoy, quien
depende de otra persona, es mal visto y considerado anormal".+
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